De la serie Siempretardes
“Porque si tú existieras
tendría que existir yo también. Y eso es mentira”.
Rosario Castellanos.
tendría que existir yo también. Y eso es mentira”.
Rosario Castellanos.
Nunca pensé que fuéramos bruma,
tan envueltos en la invisibilidad
que era imposible extendernos la mano.
Yo quería abrir cortinas,
poner canciones de amor,
saltar sobre la cama,
tener sexo a toda boca,
pero me pediste que me mordiera la lengua,
que me mantuviera bien lejos de tu pecho
para evitar así volverme trascendente.
Yo te necesitaba.
Tú me pasabas la mano por la cabeza
como premio de consolación.
Todo estaba oscuro,
tu voz siempre con interferencia,
con la prisa del que se esconde,
yo con la mía tan quebrada
inútil
llorosa.
Un día dejaste de sonar en mi cabeza.
Me volví loca tirando muebles,
quemando libros,
desconectando aparatos eléctricos.
Ese mismo día, ante el alboroto,
entró a mi casa un batallón: la jauría.
Miraron muchos a través de mí, como si yo no existiera,
y rieron junto aquel que dijo: Yo no creo en fantasmas.
tan envueltos en la invisibilidad
que era imposible extendernos la mano.
Yo quería abrir cortinas,
poner canciones de amor,
saltar sobre la cama,
tener sexo a toda boca,
pero me pediste que me mordiera la lengua,
que me mantuviera bien lejos de tu pecho
para evitar así volverme trascendente.
Yo te necesitaba.
Tú me pasabas la mano por la cabeza
como premio de consolación.
Todo estaba oscuro,
tu voz siempre con interferencia,
con la prisa del que se esconde,
yo con la mía tan quebrada
inútil
llorosa.
Un día dejaste de sonar en mi cabeza.
Me volví loca tirando muebles,
quemando libros,
desconectando aparatos eléctricos.
Ese mismo día, ante el alboroto,
entró a mi casa un batallón: la jauría.
Miraron muchos a través de mí, como si yo no existiera,
y rieron junto aquel que dijo: Yo no creo en fantasmas.
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